El Rapto sucedió para aquéllos de nosotros que aceptamos a Cristo como Salvador, tanto a los vivos como a aquéllos que habían muerto desde que Jesús resucitó. Ambos grupos – los creyentes vivos y los resucitados – fueron arrebatados para recibirle en el aire. (1 Tes. 4:13-18).
Pero, es el porqué de las desapariciones lo que es su causa para preocuparse. Porque los creyentes en Jesús fueron sacados de este mundo para librarlos de la gran ira que apenas ha empezado a ocurrirle al planeta (Ro. 5:9, 1 Tes. 1:10; 5:9).
El regreso de Jesús por todos Sus verdaderos creyentes fue sólo un preludio a Su Segunda Venida final. La segunda fase del regreso de Jesús es la de establecer Su Reino en la tierra. El Reino de Jesús es la razón por la que todo esto está ocurriendo.
Verá, hemos llegado al final de una era y pronto estaremos iniciando la era del glorioso reinado de Jesús aquí en la tierra. Pero primero, Dios tiene que tratar con la rebelión – pecado – antes de establecer Su Reino. Dios va a usar este periodo intermedio de tiempo, en el que usted ahora vive, para derramar Su ira sobre la humanidad por su continuo rechazo a aceptar Su Señorío. El tiempo en el que usted vive es llamado la Tribulación.
De qué se trata?
¿De qué se trata la Tribulación? El horror sin paralelo de la Tribulación está explicado detalladamente tanto en las Escrituras Hebreas como en el Nuevo Testamento. Isaías escribió que será un día del “terror del Señor” cuando “el orgullo de los hombres será abatido” (Isaías 2;10,17,19). Sofonías proclamó que será un “día de ira”, un “día de angustia y de aprieto” y un “día de destrucción y de asolamiento”. Los hombres tropezarán como si estuvieran ciegos y “la sangre de ellos será derramada como polvo” (Sofonías 1:15,17).
Este cuadro sombrío se repite en el Nuevo Testamento. Jesús dijo que será un tiempo de tribulación “cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá”. De hecho, Jesús dijo que será tan terrible que si no fuera detenido al final de los siete años, resultaría en la destrucción de toda la vida (Mt. 24:21-22).
El apóstol Juan declara que el caos será tan grande que los líderes del mundo se arrastrarán hacia las cuevas y gritarán a las rocas de las montañas para que caigan sobre ellos (Ap. 6:15-16).
¿Por qué va a haber tal carnicería? ¿Cómo podría un Dios de gracia, misericordia y amor permitir tal brote de terror y baño de sangre desenfrenados?
Una razón es para satisfacer la justicia de Dios. Sí, Dios se caracteriza por la gracia, la misericordia y el amor. Dios es un Dios de amor. Jesús dice eso en Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquél que en El cree no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Pero Dios es también un Dios de justicia. La Biblia también dice en Juan 3:36, “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él. La naturaleza misma de Dios es amar, pero también ver justicia hecha para el mal.
Qué sigue luego?
Entonces, ¿qué sigue luego? Para iniciar, las personas van a tratar de encontrar una explicación convincente para el Arrebatamiento con toda clase de teorías salvajes, como posiblemente Calentamiento Global u Ovnis. Supuestos líderes “cristianos” van a aparecer y a decir que la Iglesia todavía está por estos lados porque ellos no desaparecieron.
Jesús dijo en Mateo 24:24 que no se les puede creer, porque los tiempos estarán llenos con falsos maestros religiosos. Al mayor de estos falsos maestros la Biblia lo llama el Falso Profeta y, aparentemente, será capaz de hacer muchos milagros y promoverá una religión y un líder mundiales (Ap. 13:11).
En medio de todo el caos del Arrebatamiento, la Biblia enseña que el mundo se volverá a un líder dinámico que traiga el orden y la paz (Ap. 6:1-2). Tendrá éxito donde ninguna otra persona ha sido capaz al establecer un tratado de paz con Israel (Dn. 9:27). Ese tratado marca el inicio oficial de los 7 años que durará la Tribulación.
Pero, el líder mundial, conocido por los creyentes en Jesús como el Anticristo, es cualquier cosa menos pacífico. Hundirá el planeta en una guerra mundial nuclear, resultando en terribles hambrunas, pestilencias y muertes en masa. La violencia, enfermedad y el hambre serán una forma de vida. Un cuarto de la población mundial – casi 2 billones de personas – morirán por esta guerra (Ap. 6).
En Jerusalén, aparecerán 2 hombres y predicarán ahí por 3 ½ años que Jesús es el Mesías que los judíos han estado buscando (Ap. 11:3). 144,000 judíos llamarán a Jesús su Mesías y también predicarán acerca de El por todo el mundo entero. Millones aceptarán a Jesús como su Salvador – esperemos que usted sea uno de ellos. Pero, muchos de esos millones de creyentes serán asesinados por el Anticristo por no jurar su lealtad a él recibiendo su marca, ya sea en la mano derecha o en la frente. La persecución de los creyentes en Jesús será espantosa en la Tribulación (Dn. 7:22; Ap. 7).
Luego, el más grande terremoto que el mundo haya experimentado aún devastará el planeta (Ap. 6:12-14). Algo que cae del espacio quemará luego a un tercio de toda la vegetación del mundo. Un segundo objeto del espacio, probablemente un meteoro, se estrellará en el océano y aniquilará un tercio de la vida marina y barcos del mundo. Un tercer objeto del espacio contaminará el suministro de agua del mundo, envenenando a millones (Ap. 8:7-11)
La devastación de la atmósfera bloqueará la mayor parte de la luz del sol y de la luna, así que los días parecerán más cortos (Ap. 8:12).
Luego, algunos “ayes” sobrenaturales le acontecerán a la humanidad. Primero, el lugar que aprisiona a una horda demoníaca es abierto y millones de demonios con imagen de langostas salen y aguijonean a las personas tal como los escorpiones. El dolor durará 5 meses enteros. Segundo, 200 millones de jinetes sobre criaturas como caballos quemarán y empalarán, eliminando un tercio restante de las personas (Ap. 9:1-19).
3 ½ años después de iniciada la Tribulación, mirará a los 2 hombres testificando en Jerusalén muertos, pero 3 ½ días después volverán a la vida (Ap. 11:7-12). También mirará al Anticristo supuestamente asesinado y parecer volver a la vida también (Ap. 13:3).
Y eso es sólo la primera mitad de la Tribulación. Tan mala como la primera mitad de la Tribulación es, la siguiente mitad es incluso peor (Ap. 16).
Aquéllos que tomen la marca de lealtad del Anticristo en su mano o frente sufrirán de llagas dolorosas. Aquéllos que no tomen la marca serán cortados del comercio y cazados, pero la Biblia asegura (Ap. 20:4-6) que aquéllos que tomen la marca han hecho una decisión que durará para siempre – condenación eterna - ¡así que no la tome!
Los océanos y todo lo que hay en ellos son totalmente destruidos, así como toda el agua pura. El calor del sol llegará a ser abrasador. El reino del Anticristo caerá en tinieblas extremas.
Un terremoto incluso mayor que el de 7 años antes arrasará la tierra y granizos de 100 libras aplastarán a los habitantes.
El Río Éufrates en Irak se secará y un masivo ejército del Este cruzará y entrará al Valle de Armagedón en Israel para pelear contra el ejército del Anticristo. Esto es lo que el libro de Revelación llama la Batalla de Armagedón.
Es el momento en el que Jesús regresará gloriosamente con todos aquellos que desaparecieron en el Arrebatamiento. Con sólo hablar, Jesús mismo destruirá los ejércitos en Armagedón. Jesús lanzará al Anticristo y al Falso Profeta al Infierno y a Satanás en un abismo profundo. Jesús será victorioso y todos los que continuaron en rebeldía serán muertos – todos ellos (Ap. 19:11-21; 20:1-3). Esto es la Tribulación – la ira de Dios.
Qué puede hacer?
Ahora, usted puede estar preguntándose, “Dios, ¿por qué no nos dijiste de todo esto antes del Arrebatamiento para que pudiéramos estar listos?” Bueno, El lo hizo. La Biblia claramente enseña que Dios nunca derrama Su ira sin advertencia, porque es un Dios amante y justo que no desea que ninguno perezca. Este es el porqué Dios proveyó la Biblia, las Buenas Nuevas de Jesús esparcidas por todo el planeta, y las muchas señales para alertarnos del hecho de que estábamos viviendo en el umbral de la Tribulación y el cercano retorno de Jesucristo. Por 2000 años, Dios le dio al mundo toda posible oportunidad para arrepentirse de su rebelión y para volverse a El.
Pero, no es demasiado tarde para que usted esté con Jesús, a menos que haya tomado la marca. Verá, esta historia tiene un final feliz. El regreso de Jesús al final de la Tribulación significa gran gozo para aquellos que lo aman. Jesús purificará al mundo del mal y de los daños de Su ira y restaurará el planeta a una condición prístina. Jesús reinará desde Jerusalén sobre todos aquéllos que a través de la historia humana han puesto su fe y confianza en El (Ap. 20:4-6, 9).
Usted puede ser una de esas personas. Ya sea que usted muera o no en la Tribulación, lo que realmente importa es dónde usted terminará eternamente. Todos los que no acepten a Jesús como Salvador durante la Tribulación irán al Infierno por su rebelión. Cualquiera que acepte a Jesús como Salvador, aunque sus cuerpos terrenales puedan morir durante la Tribulación, luego vivirán para siempre en cuerpos glorificados con Jesús en Su amor y gloria.
Recuerde la promesa de Jesús en Juan 3:16, “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a Su Hijo unigénito, para que todo aquél que en El cree no se pierda, mas tenga vida eterna”. Ore ahora por perdón para sus pecados y pídale a Jesús que sea el Señor y Salvador de su vida. ¡No se demore!
En el poco tiempo que tenga en esta vida, obtenga una Biblia o descargue una de Bible.org, (sitio en inglés), para que pueda conocer la voluntad de Dios para su vida. Descargue esto y todo lo que pueda de nuestro sitio en Lamb & Lion (sitio en inglés) u otros como Rapture Ready (sitio en inglés) para que pueda conocer más acerca de Jesús y de lo que está reservado para usted en la Tribulación y acerca del regreso glorioso de Jesús. Reúnase rápidamente con otros que han aceptado a Jesús como Salvador para apoyarse y adorar juntos.
Si usted ha aceptado a Jesús como su Salvador, lo estaremos esperando al otro lado de éste. ¡Qué Dios le bendiga y le guarde! ¡Maranatha!
“Bueno es el Señor; es refugio en el día de la angustia; y protector de los que en El confían” (Nahum 1:7 NVI)
Fuente: En Defensa de la FE de Donald Dolmus
Artículo de Lamb & Lion Ministries
Traducciòn de Donald Dolmus